Esta receta la tenía en mente desde que, navegando por aquí y por allá, di con un blog que no tiene desperdicio:
Entre alacenas y fogones.
Ahí vi, entre otras muchas recetas deliciosas, esta, que me resultó muy original y complicada a la vez, por llevar entre sus ingredientes 4 tipos distintos de vinagre y 2 de azúcar.
Me la guardé y fuí comprando los ingredientes y hace un par de semanas me decidí a hacerla, pensando que me tendría que comer yo el tarro entero, porque a nadie le gustaría... Nada más lejos de la realidad: triunfó!! Gustó a todos los que nos reunimos a cenar y es que está delicioso y combinado su sabor junto al queso de cabra, ya es lo más.
Tengo que decir que al día siguiente, ya mi marido y yo solos, nos preparamos más y como se nos acabó el queso de cabra, le pusimos Philadelphia y también estaban buenísimos.
No sé muy bien cómo explicar el proceso para que se entienda bien, ya que Hilda en su blog lo explica genial y me da apuro de copiar literalmente sus explicaciones. Veremos...
Ingredientes:
Pimientos rojos maduros pero tiesos.
Vinagres varios (de vino, sidra, Jerez, Módena)
Azúcar blanca y morena.
Lavamos los pimientos, los cortamos en aros, abrimos por la mitad y les quitamos el rabito y las semillas.
Los ponemos en el vaso de la Thermomix. Yo hice 800 gr. El vaso lleno y bien apretaditos.
Agregamos 50 gr de vinagre de sidra y la misma cantidad de vinagre de vino.
Programamos 20 minutos en Vel 1 y Temp.90º.
Añadimos 150 gr. de azúcar blanca.
Cuando hay pasado este tiempo, los pimientos habrán empezado a soltar su jugo, estarán aún duros.
Volvemos a programar el mismo tiempo, misma velocidad y 100º de temperatura. Hay que tener cuidado porque con todo el líquido que tienen puede hervir y salir por el bocal (deberíamos bajar de nuevo la temperatura a 90 y jugar con ella de tanto en tanto). Añadimos 150 gr. más de azúcar morena y 50 gr. de vinagre de Jerez.
Programamos la última fase de otros 20 minutos. Aquí añadimos un chorrito de vinagre de Módena y le agregamos 50 gr más de azúcar blanca, el mismo tiempo, velocidad y temperatura.
Cuando ha pasado este tiempo, colamos los pimientos, que habrán soltado su líquido y lo guardamos en un tarro de cristal con tapa hermética.
Una vez frío se convierte en un sirope o jalea de pimiento.
Como dice Hilda en su blog, comprobamos que los pimientos estén a nuestro gusto. Ella dice que los prefiere oscuros, bien caramelizados, y yo he seguido al pie de la letra sus recomendaciones, así que ya sin su jugo los ponemos otros 10 minutos a 90º.
Hay que tener cuidado en este momento porque se nos pueden quemar por falta de líquido, así que no los colaremos del todo, yo le añadí un poco del líquido reservado, para asegurarme de que nos les pasaría nada.
Como aconseja Hilda, pondremos sobre una tostada o biscote el queso con los pimientos encima. El queso lo elegiremos a nuestro gusto. Ya os decía que nosotros lo hemos probado con queso de cabra y con Philadelphia y con ambos están buenísimos.
Nos dice Hilda también que hay gente que cuenta que le quedan los pimientos "como chicle" y que el motivo es una cocción muy rápida (mucha evaporación), demasiada azúcar y muy poco líquido. La solución es añadir agua y vinagre, aparte de ir incorporando azúcar poco a poco, según la pueda necesitar.
Bueno, hasta aquí la explicación de Hilda, a la que tengo que agradecer su generosidad en compartir esta delicia con todos nosotros.
